El virus del Ébola fue descubierto en 1976 al documentarse el primer caso humano identificado, llegando hasta el 2013, fecha que la OMS reportó 1.716 casos. Hasta el 2014 los brotes de ébola solo se circunscribían a regiones concretas de África, pero hoy ha comenzado a diseminarse en el mundo, a partir del brote que se generó en África Occidental, alcanzando a EE.UU., España, Brasil, etc.
El Ebola es una enfermedad emergente altamente contagiosa y mortal, que puede manifestarse a partir de cualquiera de los cinco tipos de virus conocidos hasta la fecha y son;
Bundibugyo ebolavirus (BDBV), Reston ebolavirus (RESTV), Sudan ebolavirus (SUDV), Taï Forest ebolavirus (TAFV) y Zaire ebolavirus (ZEBOV).
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Los seres humanos han contraído el virus de animales infectados, según los científicos y después de la transmisión inicial, los virus pueden propagarse de persona a persona por medio del contacto o sea a través de fluidos corporales o agujas contaminadas.
No existe aun una vacuna para el virus de Ebola, pero los científicos se están acercando a su desarrollo a través de diversas líneas de investigación, por ello hasta el momento las personas contagiadas solo reciben la atención con tratamiento de apoyo para las complicaciones.
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Los signos y síntomas del Ebola:
Las manifestaciones sintomatológicas por lo general comienzan de forma repentina dentro de cinco a 10 días de haberse infectado con el virus y son;
-Fiebre
-Dolor de cabeza intenso
-Dolores articulares y musculares
-Escalofríos
-Debilidad
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Cuando se agravan estos síntomas pueden incluir:
-Náuseas y vómitos
-Diarrea (puede ser sanguinolenta)
-Enrojecimiento de los ojos
-Erupción sobre elevada
-Dolor en el pecho y tos
-Dolor de estómago
-Pérdida de peso severa
-La hemorragia interna
-Sangrado, por lo general de los ojos, y moretones (personas cerca de la muerte pueden sangrar por otros orificios, como las orejas, la nariz y el recto).
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